La Real Cofradía de Amargados Platónicos.
«La respuesta a la pregunta vernácula de ¿Por qué no bailas? La encuentro en uno de los tantos mandamientos de la Real Cofradía de Amargados Platónicos, del cual soy único miembro y presidente vitalicio:
Jamás oséis sacudir vuestra osamenta, peor aún en presencia de vuestra amada Dulcinea. So pena de ser excomulgado para siempre de la Real Cofradía de Amargados Platónicos.
De violar tal mandamiento, la única solución sería pues: El suicidio. Que allá en el otro lado del universo la bella Parca no tiene tales exigencias.