Los hologramas del poseso y entropía, han salido a la luz, finalmente me he decidido a publicar mi tercer libro. Lo comparto con el mundo, haciendo severas advertencias a los lectores que se atrevan a sumergirse en los océanos del tiempo y de los principios que rigen los orígenes y los posibles retornos sin fin de las criaturas de este universo. Informo que no escribo para cualquier lector, lo mío no es una lectura fácil sino al contrario, exige y mucho a quien lee, y es porque tengo esas limitaciones. Mis relatos son para aquellos que no buscan la diversión y el placer, sino la disquisición de lo ignoto, de la condición humana y su huella sobre el resto de la materia, animada o no; aunque mi criterio es que lo que llamamos materia inorgánica experimenta con nosotros más de lo que deseamos aceptar, me refiero a ese algoritmo intrínseco de la información contenida en la intimidad de la materia, que finalmente es quien dicta el cómo y qué cosas han de formarse en el cosmos incluidos nosotros los seres de carbono. Cada persona puede intentar buscar el Übermensch de Nietzsche, porque tiene posibilidades más allá de las limitaciones lógicas de la genética puede ser un aristócrata del intelecto, exigiéndose en la rigurosidad de su soledad, cumplir con el proceso de autoconocimiento y disquisición de sí mismo y de todo lo que le rodea, elDasein de Heidegger.
Me adelanto a los que gozan de tipificar a las letras creadas por otros, empotrando a las obras en géneros; expongo mi visión del universo y sus criaturas, y “Los hologramas del poseso” que son la continuidad de “Fauna cuántica” y que a su vez retorna a los relatos de “La rebelión del silicio” para terminar en “Entropía” son relatos de ciencia ficción filosófica y feérica.
Cualquier género literario sirve para brindar al lector una interpretación, que es ante todo personal, del ser humano y su entorno, de su principio y ensoñar sobre su posible futuro sin fin, porque de lo generado hasta ahora en el nacimiento del tiempo y del espacio, nada se ha vuelto a «crear». Encarnados en estructuras de carbón para comprender y sentir al universo y sus criaturas, medran por entre las incógnitas del cosmos dejando su huella, tanteando su existencia y su razón, y ante todo aceptando que la información contenida en la intimidad de las estructuras sub-atómicas que gobiernan hasta sus deseos más profundos.